Diseño Urbano

Playa de las Teresitas

El frente marítimo convertido en un parque de ocio

La actuación en la Playa de las Teresitas se planteó como punto de partida de una estrategia de reordenación de usos a lo largo del litoral capitalino dotándola de equipamientos y servicios que favorezcan su papel como zona de ocio de la capital de la isla de Tenerife. Para ello resultaba necesario proponer modificaciones sustanciales del ordenamiento urbanístico en aquel momento vigente, así como ampliar el ámbito de actuación que proponía el concurso .En relación con la movilidad se planteó restringir el acceso de vehículos privados al frente de la playa y eliminar el tráfico del frente de San Andrés que se trataba como un rompeolas resuelto con piscinas artificiales que actuaban como charcos intermareales. Para ello se diseñaba un sistema de túneles que partían del instituto Oceanográfico y conectaban con las carreteras de Taganana e Igueste de San Andrés y se ubicaban, para los visitantes de la playa, dos aparcamientos disuasorios. Por tanto el acceso de los usuarios de la playa se realizaría sólo a través del paseo peatonal o bien con transporte público. Por otro lado se planteaba eliminar totalmente la edificación hotelera del frente de playa y se proyectaba la instalación de un gran parque deportivo a lo largo de la playa (actual superficie asfaltada) y en la trasera de la Roca de San Andrés. Este parque cosía todo el frente marítimo desde el instituto Oceanográfico hasta la Punta de los Órganos y permitía la ubicación de comerciales en toda su longitud y a nivel peatonal .Con esta amplia oferta de ocio y deporte se pretendía potenciar el uso continuado de la playa a lo largo del año. Desde el punto de vista económico-funcional la idea de respeto del frente de playa para no agotar la riqueza que la zona ya posee actualmente era un objetivo comercial prioritario para maximizar las posibilidades de negocio de las actuaciones del plan. Adosada a la Roca de San Andrés se proyectaba una pieza construida que sirviera como reclamo al visitante no habitual de la playa. Su funcionamiento como museo interactivo debía representar la diversidad biológica y paisajística que caracteriza la Macaronesia. En el extremo Este de la playa se proyectaba crear un gran charco intermareal para dotar a esta zona de un carácter sosegado. Abrazando esta lámina de agua se ubicaba, por un lado el edificio que aloja un gimnasio y un centro de talasoterapia, y por otro lado un auditorio al aire libre. Finalmente se planteaba la ubicación del refugio pesquero y del Centro insular de Deportes Marinos de Tenerife en nuevas superficies ganadas al mar a la entrada de San Andrés.


FICHA TÉCNICA: Año: 2000. Emplazamiento: Playa de las teresitas, San Andrés, Santa Cruz de Tenerife. Arquitectos: Antonio Corona Bosch, Arsenio Pérez Amaral, Eustaquio Martínez García. Cliente: Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (Concurso por invitación). Colaboradores: Miguel Berroa (maquetas)